lunes, 14 de marzo de 2011

Pasó en la vida real por Beatriz Brenes


Beatriz Brenes nos cuenta como llegó a El Compromiso


En el periódico salió una nota. Don Oscar Castillo buscaba actores para su próximo proyecto. Envié mi CV por correo. Me llamaron y empezó la aventura.

Existía un personaje, Leda (una guerrillera), para el cual me querían probar.

Nos reunieron en las oficinas de la productora a dos chicas y a mí. Querían que conociéramos a una excombatiente de alguna guerrilla latinoamericana de la cual no puedo hablar.

Soy una cinéfila empedernida, pero ninguna producción hollywoodense con un presupuesto de $100 millones ha logrado calar tanto, con un inevitable realismo, como aquella conversación de un par de horas.

Uno sabe que esas cosas pasaron, que la historia latinoamericana es convulsa y está llena de idealismo y luchas de poder. Pero una cosa es leerlo en los libros de historia, verlo en un film de Soderbergh (o dos) y otra es escuchar a alguien que estuvo dispuesta a poner en riesgo su vida por la completa convicción de que estaba creando un mundo mejor, eliminando las injusticias, abriendo paso a las oportunidades para todos y todas (aunque odio el lenguaje inclusivo, me pareció completamente apropiado utilizarlo en este momento).

Las historias que aquella excombatiente compartió con nosotras, un poco tímida al principio pero siempre con una sonrisa, realmente te hacen pensar. No políticamente, CERO bullshit política acá.

Esa gente realmente existió, desafió la muerte a través de balas, enfermedades, cansancio, hambre. Las guerrilleras no dejaron de ser mujeres al cargar un fusil y la visitante del mes (que tantas veces nos excusó de faltar a clases, nos dio la excusa perfecta para comer un chocolate, pelear con la pareja, o simplemente recluirnos) no les dio descanso porque luchaban por la libertad.

Realmente vieron compañeros morir, tuvieron que cazar para comer, tuvieron que ignorar las quemaduras, ampollas y miedos.

Y lo más impresionante de todo es que realmente encontraban el momento para reír... para enamorarse.
Mi primer acercamiento a Leda fue (aunque parezca demasiado obvio), darme cuenta que es un ser humano, que realmente existió y que no debo dejarme influenciar por las ficciones (basadas en historias de la vida real o no) porque su historia es única.

¿Cómo sensibilizarme hacia la causa?
¿Cómo desensibilizarme hacia la muerte?
Patria o muerte. Creyéndolo en cada letra.

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